LA FUMADA
Había dejado los porros hace tiempo.
Pero, no sé por qué, me dio por liar uno.
Y ya se sabe, quien lo lía, lo peta.
Le dí dos toques enormes, que hasta me
dijo un amigo que, incluso, eran mucho pa él, que fumaba habitualmente.
Encontré a otro colega, y fuimos al bar
de siempre, el Ceccini.
Allí recuerdo que empezó a contarme una
historia de camellos (mezclando las figuras de navidad con personas que vendían
droga), y me dio chungazo.
Yendo pa casa, caí varias veces…
No hay comentarios:
Publicar un comentario